Como expertos en impermeabilizaciones en Barcelona te recordamos que los daños que afectan a la cimentación o a la estructura de los inmuebles deben ser reparados inmediatamente. Para evitar, entre otras cosas, el derrumbe del edificio.
Por regla general, el terreno sobre el que se construye el edificio se deforma por el peso. Los daños aparecen cuando esta deformación es muy grande o cuando no se deforma por igual. Es decir, si se hunden más unas zonas que otras, apareciendo asientos diferenciales.
Uno de los daños más frecuente en los edificios antiguos es el socavamiento de la cimentación por acción del agua. Se debe a una pérdida de agua en las tuberías del saneamiento que arrastra el terreno y provoca la socavación de los cimientos. El resultado es que estos quedan en falso, fracturándose y hundiéndose.
Otro daño común es cuando la cimentación está apoyada sobre rellenos mal compactados. Cuando se construye sobre un terreno que no ha sido debidamente compactado.
En cuanto a los hundimientos por cuevas bajo la cimentación, puede suceder que el techo de la oquedad ceda por el peso de la cimentación y dañe seriamente la cimentación.
Otras causas menos comunes tienen que ver con el deterioro de los materiales de la cimentación o con el incremento de las cargas que puede soportar el inmueble. Los daños de la cimentación terminan afectando a las estructuras de los edificios y apareciendo grietas.
Problemas de cimentación
En Loga Rehabilitaciones te recordamos que la cimentación de un inmueble se repara recalzándola. Se hace más grande su superficie de contacto con el terreno para que la fuerza que ejerce sobre él sea menor.
Lo primero que hay que hacer antes de reparar una zona de la cimentación es transmitir las cargas que soportan a un elemento provisional para que las reparta a otros puntos de la estructura o al terreno. Después se construye una cimentación nueva o se agranda la ya existente, sin tener que demolerla.
En cuanto a las estructuras, los daños comunes en los elementos verticales suelen tener que ver con la degradación de morteros de muros de ladrillo por el ataque de sulfatos. La solución es la prevención, empleando ladrillos con bajos contenidos en sulfatos. Otro daño común son las grietas o fisuras provocadas por el aumento de tamaño de los ladrillos que han absorbido humedad. En este caso, hay que demoler la zona afectada y reconstruir.