Además de especialistas en instalaciones eléctricas en Barcelona, lo somos en la retirada de estructuras de uralita. Porque, respondiendo ya a la pregunta que lanzamos en el título, queremos dejar claro que sí, que es peligroso tener una estructura de uralita en casa. Siempre y cuando se encuentre en mal estado de conservación.
Uralita es el nombre de la empresa fabricante y con el que se conoce a este mineral en España. En realidad es fibrocemento con amianto y se usaba en tuberías, depósitos, techos o canales pluviales. Son varios los materiales fabricados con fibrocemento con amianto y aún está presente en muchas casas. El amianto es un mineral compuesto de fibras microscópicas, presente en la naturaleza en distintas variedades.
El fibrocemento es una mezcla de cemento Portland y amianto o asbesto. Se usó sobre todo en la época de los setenta. En España se echaba mano del amianto blanco sobre todo para la fabricación de placas onduladas de fibrocemento (uralita), para aislantes y también para canales, depósitos y conducciones de agua.
Desde 2002 en España está prohibido fabricar la uralita con amianto. Esta normativa no afecta a los materiales ya instalados y, por eso, están permitidos hasta agotar su vida útil. Los materiales con amianto tienen un ciclo de vida entre 30 y 50 años. Por eso aún vemos cobertizos, depósitos o tuberías hechos de uralita. Para eliminarlos, hay que recurrir a una empresa especializada como Loga Rehabilitaciones con los permisos que la legislación exige.
Dónde radica el peligro de la uralita
La fibra de amianto es un material tóxico. Los materiales más peligrosos son los friables, los que se dispersan en pequeños trozos, polvo o fibras que se esparcen por el aire. En el caso de la uralita, si está bien conservada y el riesgo de desprendimiento de fibras es poco probable, no supone un riesgo para la salud. El problema es el grado de deterioro de la uralita y cuando esta se manipula. Al realizar operaciones de corte o lijado pueden soltarse fibras microscópicas de amianto y ser inhaladas provocando enfermedades a medio y largo plazo. Afecciones como asbestosis o cáncer de pulmón. Por eso, para retirar estas estructuras hay que contar con especialistas según establece el Real Decreto 396/2006, de 31 de marzo.